jueves, 10 de junio de 2010

Agradecimiento póstumo

Más tarde que oportuna te quiero decir 'gracias'
quiero devolverte una sonrisa,como tarjeta de agradecimiento,
por manchar mi pañuelo y tirarme hasta el fondo,
por dejarme caer de tu trapecio sin red de seguridad
por obligarme a ser cada día más fuerte
aunque tuviera rotos los huesos del corazón.

Hoy que ya no estás, igual que desde que te fuiste,
ya no me interesan las cacofonías que produce tu nombre,
ni el brillo del sol que solo existe cuando se refleja en vos
ni las canciones que lloran desde el fondo de tu voz,
ya no me interesan tus abrigos ni tus sombreros,
ni siquiera los que quise que fueran míos igual que vos,
ya no los quiero cerca porque se fueron al mar sin esperarnos,
a la playa a la que planeamos ir,
sin decirnos nada, así, sin explicación.

Sería injusto que en esta postal no estuvieran tus cartas
los poemas con mi nombre de encabezado, y las verdades empacadas en canciones que pretendían sincerarte como estratagema para contener el sincericidio total.
Debo decirte gracias por estar y aguantar la tragicomedia
nuestra pose de estatuas locas mientras nos resquebrajábamos sin conversar
Quisiera darte un planeta envuelto con un lazo por todas esas locuras e insensateces
entre autobuses y mesas y miradas
por los planes de último minuto y mi eterna impuntualidad
por hacerme reir y por sembrar un árbol en mí.
Quiero darte un abrazo de despedida y darte miles de gracias,
aunque, tarde como siempre, lo hago ahora que no estás.

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Luciérnaga Enojada dijo...

¿Agradeciendo por todo, eh?

Así debería de ser en cualquier caso. Sean buenas o malas lecciones, sean lindos u horripilantes ratos, sea por mirar de vez en cuando el rosa o el negro; un "gracias" nunca sale sobrando y tampoco está pegado al cielo.

Un abrazo, saludos.